viernes, 12 de abril de 2013

Sistemas Políticos Comparados II Cátedra: Emilio Saguir Turno Noche


APUNTES Y RESUMEN DE SISTEMAS POLITICOS COMPARADOS II


02/08
Lijphart 1, 2, 3, 8, 9, 13 y 14                                                                                                                                                    
Un estudio previo al libro es el de “Las sociedades segmentadas”, sociedades que por “x” razones fueron compuestas por segmentos diferentes entre sí, ya sea por cuestiones étnico-culturales, religiosas, etc. Hay sociedades que han resuelto esas cuestiones, pero otras que están muy segmentadas. Hasta los estudios de Lijphart, era muy co
rriente la teoría de que era muy difícil que en una sociedad segmentada se sostenga en el tiempo una democracia. Los conflictos eran posible, pero muy difícil de canalizar. Son posibles de canalizar si se dan en forma cruzada, chocando en diagonal sobre la recta y no de lado a lado.
Hay un entrecruzamiento de los conflictos y por eso se                                               sostendría. Pero donde los conflictos son muy frontales, es más difícil canalizarlos.
Lijphart demuestra que ese supuesto es equivocado. Primero hace un estudio de las sociedades segmentadas, y observa que hay sociedades segmentadas que funcionan y perduran en el tiempo, entonces se plantea que no es un impedimento para el funcionamiento de la democracia el hecho de que la sociedad esté fragmentada.
En “Democracias contemporáneas comparadas” quiere verificar o averiguar cómo es que países como Holanda, con una sociedad segmentada tiene un sistema político democrático estable, y no ocurre ello en Yugoslavia. Para ello, hace cuatro investigaciones comparativas. Este es un análisis riguroso y metodológico. Comienza la investigación, la hipótesis que quiere controlar es: En vista (o si se procura) de una democracia estable, si la sociedad es segmentada, se requiere o es más apropiado una democracia consociativa. Y por otro lado, en vista de una democracia estable, si la sociedad es homogénea, es más apropiado o posible, una democracia de mayorías. Estas dos hipótesis que luego somete a contraste  en su análisis comparativo, se puede expresar en una sola: La estabilidad de un régimen democrático es función de la congruencia entre el grado de segmentación y el grado de consociativismo. Esto quiere decir que a mayor segmentación, mayor grado consociativo y viceversa.
Lijphart procede observando empíricamente el régimen político de un país cuya sociedad considera que no es segmentada, Gran Bretaña. Al observar este régimen político procede a resaltar algunas características más destacables o más importantes de este sistema:
1)      Gobierno de un solo partido (gobierno monocolor)
2)      Predominio del ejecutivo
3)     Bipartidismo
4)     Conflicto unidimensional: los partidos compiten o pugnan entre si por en una sola dimensión, la distribución del ingreso, o sea, la dimensión socio-económica.
5)     Sistema electoral de mayoría relativa simple
6)     Bicameral asimétrico: aparentemente hay bicameralismo, pero en realidad no lo hay, la Cámara de los Lores perdió peso a través del tiempo
7)     Gobierno unitario y centralizado (no federal)
8)     Constitución no escrita y soberanía parlamentaria: Llama constitución no escrita a la constitución flexible, a diferencia de la nuestra que es rígida, codificada, que para modificarla hay que hacer una serie de trámites antes. En cambio, en GB, la constitución puede ser modificada por el parlamento, es un conjunto de decisiones del mismo.
A este tipo de democracia ideal, lo termina llamando “modelo de mayoría”, tiende al dominio de la mayoría, porque ésta, una vez elegida, tiene soberanía.
Luego aplica el modelo a la realidad para ver los casos donde se aplica, ve que se da en Inglaterra, Nueva Zelanda, Australia y Canadá. En Nueva Zelanda, descubre empíricamente que es la mejor expresión de ese modelo de mayoría. Compara NZ con GB, y se da cuenta de que GB no es tan de mayoría como NZ. Ésta, en la característica 7) es un régimen unitario puro y en la 6) es unicameral.
Para tener el modelo contrario, procede deduciendo las características opuestas del modelo de la mayoría:
1)      Gobierno de coalición
2)      Separación de poderes (relación equilibrada entre PE, PJ y PL)
3)     Multipartidismo
4)     Conflicto multidimensional (pugnan los partidos por conflictos multidimensionales, es un indicador de segmentación)
5)     Representación proporcional
6)     Bicameralismo equilibrado y representación de la minoría
7)     Descentralización y federalismo (territorial o no territorial, jurídico)
8)     Constitución escrita y veto de la minoría (voto por unanimidad)

Cuando repasa las características de este modelo opuesto, tiene la lógica de una mayor participación, como no hay unanimidad, el consenso es lo que hace que funcione. Lo llama “modelo consociativo” o democracia de consenso. (Suiza, Holanda, Bélgica y España) Tiende a la amplia participación en el gobierno.
Hay también, situaciones intermedias, como el caso de EEUU, donde hay características mayoritarias y consociativas, posee la 1), 3), 4) y 5) del modelo de mayoría, y la 2), 6), 7) y 8) del modelo de consociativo. Con esta comprobación, Lijphart se da cuenta de que hay democracias estables que combinan características de ambos, entonces hay sistemas mixtos (tercer modelo).
Ahora vuelve a retomar su hipótesis: En vista (o si se procura) de una democracia estable, si la sociedad es segmentada, se requiere o es más apropiado una democracia consociativa. Y por otro lado, en vista de una democracia estable, si la sociedad es homogénea, es más apropiado o posible, una democracia de mayorías.
Algunas reflexiones que se pueden obtener es que en una sociedad segmentada es muy difícil que sobreviva la democracia de mayoría, porque significa que una mayoría debiera imponerse por la fuerza sobre otros.
Luego, busca casos para comenzar a compararlos empíricamente para contrastar la hipótesis. Aplica, explícitamente, la estrategia de casos comparables para seleccionar sus unidades de análisis, e implícitamente la escala de abstracción de Sartori. Primero, hipotetiza sobre sistemas políticos, luego baja la escala de abstracción a democracias aumentando la intención, pero disminuyendo la extensión (obtiene 54), luego baja aún más la escala de abstracción y busca democracias estables en los últimos 35 años (21). Le agrega la IV República Francesa a través del criterio de aumento de cantidad de casos por una dimensión histórica o temporal, le quedan 23 casos, de los cuales toma 3 más, los casos de Grecia, Portugal y España. Violenta el criterio porque los toma a partir de su consolidación (1° ola de democratización).
En cuanto a la estrategia de casos comparables, todos ellos tienen características que quiero y debo mantener constantes:
a)     Las 25 democracias son democracias de países desarrollados
b)     Pertenecen al grupo de países con mayor bienestar
c)      Pertenecen al área geopolítica de la OTAN
d)     Tienen una cultura política semejante, son culturalmente homogéneos desde el punto de vista político (cultura occidental)

Todas estas variables pueden intervenir en lo que estoy analizando e hipotetizando. Aplica este método comparado y no puede aplicar el método estadístico para controlar de qué depende la estabilidad política democrática. Que la estabilidad política democrática es función de la congruencia entre el grado de segmentación cultural y el grado de consociativismo de las sociedades. Pero el dilema está en cómo hacer para descartar otras variables que no inciden en ello, otras variables intervinientes, ya que no alcanza la cantidad de casos para aplicar el método estadístico para descartar variables. El método comparativo hace que al seleccionar las unidades de análisis ya estamos controlando ciertas variables. Descarto que sean congruencia del desarrollo, o del bienestar, de la cultura occidental, o de la pertenencia a la OTAN, puesto que estas variables son las características que quiero y debo mantener constante en todos los casos, quedaron neutralizadas como variables intervinientes.
Tiene 25 democracias estables, que hipotetiza que son estables por la congruencia entre el grado de segmentación cultural y el grado de consociativismo. El método comparativo no puede contrastar sus hipótesis a posteriori, sino que tiene que ver a priori al seleccionar sus unidades de análisis.
Entre sí, los 25 países se diferencian en el tamaño de la población, el tamaño de su territorio y el tamaño de sus economías. Estos tres aspectos o variables, no se pueden neutralizar porque difieren, en cambio las a), b), c) y d) si pueden ser neutralizadas. Una vez neutralizadas esas variables, queda el grado de segmentación y el grado de consociación. Compara de cada país su grado de segmentación y consociación.

Criterios de división cualitativos:
Divide en dos grupos las sociedades, las homogéneas y las heterogéneas.
El primer criterio es la homogeneidad lingüístico-religiosa, más del 80% de homogeneidad, menos de 80%, heterogeneidad. Pero este criterio no es suficiente para establecer un ranking de segmentación. Observa a Bélgica, donde una nación habla francés y son católicos, y la otra habla holandés y son protestantes. A su vez, cada segmento direcciona, planifica su propia educación, las sociedades están organizadas por familias, tienen sus propias instituciones. Además, cada segmente se expresa y manifiesta por un propio partido político que representa a ese sector o subsociedad.
Otro criterio es el de grado de segmentación: segmentado, no segmentado, semi-segmentado. Israel es un modelo mixto, es homogéneo por la religión, porque todos son judíos, pero están segmentados por el grado de ortodoxia, cada grupo expresa y tiene su propio partido y negocia sus propias ventajas religiosas y económicas.









Sociedad no segmentada
Sociedad semi-segmentada
Sociedad
segmentada
Sociedad homogénea
Dinamarca
Grecia
Islandia
Japón
Noruega
Nueva Zelanda
Portugal
Suecia
Irlanda
Finlandia (lengua)
Francia (religión)
Italia (religión)
Austria (religión)
Israel (religión)
Luxemburgo (religión)
Sociedad heterogénea
Australia
Alemania (religión)
Canadá (lengua)
EEUU (religión)
Bélgica (lengua)
España (lengua)
Holanda (religión)
Suiza (religión y lengua)

Somete a cada país a cada característica de los modelos democráticos de mayoría y consociativa.
Para clasificarlo según su grado consociativo, procede con un elemento cuantitativo, testea cada uno por separado construyendo un índice cuantitativo según cómo mide en cada característica. Con esta información, acude al análisis factorial, por el cual determina el grado de consociación y el grado de segmentación. El análisis factorial le agrupa un resultado obtenido para cada país referido a la dimensión uno y dos. Agrupa las cinco primeras variables (dimensión uno) de cada tipo de democracia y las otras tres (dimensión dos) por el otro. Clasificados por el parámetro estadístico, que oscila entre el -2 y el 2, si el resultado es positivo, quiere decir que ese país, para esa dimensión clasifica para modelo mayoritario y si es negativo califica como modelo consociativo.

Aparece, entonces, cuatro grupos de países:
Grupo 1: mayoritarios en la dimensión 1 y 2. Nueva Zelanda (el más mayoritario), Reino Unido, Grecia, Irlanda, Luxemburgo, Francia V y Suecia. A estos países los llama mayoritarios/mayoritarios o unitarios.
Grupo 2: mayoritarios en la dimensión 1 y consociativo en la dimensión 2. Canadá, EEUU, Australia, Alemania, Austria, Japón, España. A estos países los llama mayoritarios/federales o consensuales.
Grupo 3: Dimensión 1 negativa, y Dimensión 2 positiva: Israel, Francia IV, Finlandia, Países Bajos, Dinamarca, Islandia, Portugal, Bélgica. A estos países los llama consensuales/mayoritarios o unitarios.
Grupo 4: consensuales en dimensión 1 y 2. Suiza e Italia. A estos países los llama consensuales/consensuales o federales.
Ahora tiene que enfrentar el grado de consociación con el de segmentación. Los clasifica según el puntaje que tengan en cada dimensión, si es positivo o negativo.







Dimensión 2

Entre 2 y 0,50
Mayoritario
Entre 0,50 y -0,50
Intermedio
Entre -0,50 y -2
Consensual
Dimensión 1
Mayoritario
Grecia
Nueva Zelanda
Reino Unido
Austria~
Irlanda
Australia
Canadá
EEUU
Intermedio
Islandia
Luxemburgo*
Portugal
España
Francia
Noruega*
Suecia*
Alemania
Japón~
Consensual
Israel
Bélgica
Dinamarca~
Finlandia
Francia IV
Italia
Holanda
Suiza

Si hacemos un vistazo, del lado izquierdo al derecho vamos a ver democracias consociativas, y a medida que vamos hacia ahí, vamos a ver sociedades segmentadas y semi segmentadas. De la  diagonal para abajo, son todos consociativos y segmentados, excepto los casos desviados (*), aquellos marcados con ~ explica el porqué de la excepción.
Si hay coincidencia entre el grado de consociación y grado de segmentación, va a haber estabilidad democrática.
Considera que sus hipótesis fueron fuertemente corroboradas en un 90%, y reconoce que no pudo controlar la variable cultura anglosajona.

Esto permite ver qué tipo de constitución favorece la gobernabilidad en cada país a partir de esas variables. Si con el modelo mayoritario, que propende al dominio de la mayoría, o si es más adecuado el modelo proporcional que amplía la participación en el gobierno.
Llega a la conclusión que para poder hacer arreglos consociativos en una sociedad segmentada se precisa de dos requisitos:
1)      Que estos arreglos consociativos surjan de un acuerdo entre las elites.
2)      Que cuando estos arreglos bajen a la sociedad, sean aceptados, no tanto porque comprendan lo que significa, sino porque bajan de sus líderes, de su autoridad.
A esta conclusión llegó haciéndose una serie de preguntas:
¿Estos modelos de democracia son coherentes, racionales? Si, todas las características se derivan de su principio rector (dominio de la mayoría para uno, y la proporcionalidad que amplía la participación en el gobierno, del otro modelo.)
¿Estos modelos de democracia tienen también coherencia empírica? No en los grupos 2 y 3, pero sí en los grupos 1 y 4. Pero se puede determinar que se puede combinar bien los elementos consociativos como los de mayoría.
¿Ambos modelos de democracia, son factibles de ser aplicados de la misma manera? Si para los mayoritarios y no para los consociativos. Porque para una sociedad homogénea, cada una de las características del modelo mayoritario son únicas en sus extremos lógicos (bipartidismo son dos partidos, ni uno ni tres ni más). Pero en el de consociación, los extremos lógicos son infinitos (el multipartidismo pueden ser 3, 5, 8, 10)


09/08
Lipset y Rokkan
Dos variables influyen en la lógica de los partidos políticos y el régimen político de cada país:
-          El sistema de partidos
-          El sistema electoral
Ambos autores escriben influidos por tres corrientes de pensamiento hegemónicas de la sociología de los ’50:
ü  Funcionalismo: sociedad como conjunto de funciones
ü  Behaviorismo o conductismo: las acciones sociales tienen un sentido mentado, por valores o intereses. Para entender las sociedades hay que estudiar la conducta (Weber)
ü  Teoría de la modernización: se opuso al marxismo y estructuralismo en EEUU.

El problema de investigación es como surgen en las sociedades modernas los partidos políticos.
Lo resumen en tres consideraciones importantes:
1)      Cómo se originan en las sociedades modernas los contrastes y subdivisiones sociales culturales. En la sociedad estamental no son explícitos los conflictos sociales. El indicador de modernización se da cuando los conflictos se hacen explícitos.
2)     Cuáles son las condiciones que tienen que haber para que estos conflictos den origen a un sistema de divisiones estables. Como impedir que la revolución y modernización no resulte en marxismo.
3)     La movilización social. Comportamiento de la masa de ciudadanos corrientes en los sistemas de partidos resultantes.

Analizan doce sistemas políticos distintos, la mayoría occidentales no comunistas. Incluyen una dimensión historicista. El pasaje de la sociedad estamental a la modernización, las diferencias en los procesos de formación de partidos y el carácter de las alternativas ofrecidas a los electorados, antes y después de la ampliación del voto. Tratan de ver primero cómo se dan los contrastes y divisiones en las sociedades estamentales que terminan cristalizando subdivisiones culturales. Segundo, ven cómo se cristalizan y quedan conformadas esas divisiones. Por último, ven cómo se llega del campo sociocultural al político, a través de la conformación de partidos.
Los partidos políticos tienen doble característica y función:
v  Son agentes de integración
v  Son agentes de conflicto
Por un lado, integra a los individuos en la sociedad, pero también es mecanismo de conflictos, los individuos se meten en un partido para pelearse con otros de otros partidos. Se disputan el poder.
Los sistemas de partidos son estables y previsibles gracias a la integración. Los partidos han funcionado como agentes de movilización y han ayudado a integrar comunidades en naciones con federaciones. Tomando la definición de Weber, diferencian la palabra partido en sistemas monolíticos y en sistemas competitivos. El partido totalitario no compite con los demás partidos pero aún así procura movilizar al pueblo contra algo –contra las fuerzas conspiradoras dentro de la comunidad nacional o extranjeras-. Las elecciones no tienen mucho sentido en los sistemas totalitarios, pero cumplen con funciones legitimadoras. En la sociedad estamental, el partido es un sinónimo de desintegración, de sedición, traición al monarca y al orden establecido. A partir de la Revolución Francesa e Industrial, se introdujo otra visión de partidos, como integrador social, político y territorial, parte fundamental de la democracia. Ayuda a cristalizar los conflictos, éstos son tan necesarios como la integración en la democracia. El partido político es un instrumento por el cual los conflictos son canalizados y sean lo más ordenados posibles. Representa intereses y valores, y, a partir del sistema electoral, hace que esos valores e intereses pugnen para ser representados. Pero los intereses de los partidos políticos que perdieron están garantizados de todos modos. Los autores realizan un análisis del papel integrador de los conflictos institucionalizados en los sistemas políticos (Fisuras Crítica). Estos conflictos han ayudado a estabilizar la estructura de los Estados-Nación. A la larga, los conflictos fortalecen el cuerpo político (Dialéctica conflicto-integración).
Sobre el papel de integración, destacan cuatro cosas:
1.       Los partidos políticos son canales regulares para la expresión de conflictos e integración
2.       Permiten la igualación de los distintos puntos de vista
3.      Amplía el sufragio y da representación a grupos excluidos. Da mayor nivel de legitimidad.
4.      Hacen que los conflictos manifiestos o latentes, se expresen en forma legal, impidiendo que las clases superiores reaccionen de manera defensiva.
Definen al partido político como alianzas en conflictos sobre políticas y fidelidades a valores dentro de un cuerpo político amplio, el régimen democrático y la nación-Estado.
Ellos dicen que los partidos políticos tienen dos funciones:
-          Expresiva: los partidos políticos elaboran un discurso ideológico que expresan valores e intereses
-          Instrumental: en el conflicto por el poder, representan los valores e intereses en pugna de los grupos sociales.
Lo que pretenden los autores, es conocer cuándo un tipo de división destacará más que otro, qué clases de alianzas se han producido y qué consecuencias ha tenido este conjunto de fuerzas en la elaboración del consenso en el Estado nacional.
Analizan el sistema social de Parsons es un conjunto de individuos que cumplen papeles y roles, esto trae aparejado funciones sociales, y los subsistemas se interrelacionan, dando seis tipos de relaciones. Este esquema tiene cuatro puntas o subsistemas:
1.         Economía: adaptativo                     Economía                            Política
2.       Política: logro-objetivo
3.      Familia: mantenimiento
4.      Público: integrador                              Familia                            Público
Acá se forman los partidos en democracia de masas
Relaciones:
*        Política- economía: moviliza recursos
*        Economía-familia: construye mercado
*        Familia-público: establece lealtades, solidaridades y compromisos
*        Público-política: apoyo político
*        Familia-política: legitimación
*        Economía-público: distribución de recursos o ingresos

Pero lo que les interesa de este modelo es sólo la interrelación entre familia-público-política, porque ése consideran que es el terreno de la política. Los intercambios entre Público y Política interesan en cuanto fomentan el desarrollo de sistemas de partidos competitivos, y los intercambios entre Público y Familias, en la medida en que ayudan a establecer vínculos claros de pertenencia, identificación y disposición a la movilización entre ciertos partidos y ciertas categorías de sujetos y familias.
*    En cuanto a la relación familia-público, no les interesa todas las relaciones que son múltiples (cuando se alistan en la iglesia) le importa en tanto y en cuanto esos comportamientos influyen en la organización de los grupos en la puja de poder.
*    En cuanto a la relación entre grupos y políticas, les interesa aquellas relaciones que implican apoyo político explícito o implícito.
*    En cuanto a la relación entre familia y política, les interesa las elecciones.

De acuerdo al modelo parsoniano, proponen examinar 4 cuestiones:
  1. Examinar la estructura interna del cuadrante “Público” en una serie de comunidades territoriales.
  2. Comparar series de intercambios “Público-Política” para localizar las regularidades en el proceso de formación de partidos.
  3. Estudiar las consecuencias de estos fenómenos para los intercambios “Público-Familia”.
  4. Aplicar todos los datos al análisis de los intercambios “Familia-Política” en el funcionamiento de las elecciones y reclutamiento de representantes.

Estos procesos tienen lugar dentro del Estado-nación, los partidos políticos cumplen entonces un papel importante, el de legitimar y fortalecer el poder del Estado. Al cumplir con ese papel, contribuyen a la creación de la burocracia e instituciones.
Tres fases del proceso de formación de la nación:
1-       Reducción a la unidad de Botana: el centro político se reduce, la centralización del poder. Los esfuerzos de penetración y regularización que parten del centro nacional aumentan las resistencias territoriales y plantean problemas de identidad cultural.
2-       Una vez que el Estado impone el poder, compone alianzas. Estas oposiciones locales a la centralización producen una variedad de alianzas entre las comunidades de una nación.
3-      Como las alianzas logran influir sobre el poder político.



                          Poder central


Intereses                                                Ideología


El conflicto se da, o por ideología en contraposición por intereses, o se da entre poder central y poder local. Depende de donde uno se pare, define la motivación del conflicto.

                              


                         Poder local


De esto se deriva el origen de los partidos. Una vez que se organizaron como grupos, los individuos hacen un reclamo al Estado, para esto necesitan un nexo con lo político.
Un grupo de presión no siempre tiene apoyo político para influir en las elites políticas. Para que un grupo o ciudadano influya en la política tiene que organizarse en un partido político que de legitimación mediante elecciones y apoyo político de los grupos (gobernabilidad).
En este punto pasamos de lo sociocultural a lo político.                    
                                                                                                                                      Política central


En este rombo hay cuatro laterales y en el medio hay relaciones de acuerdo y conflicto, los partidos políticos aparecen como vehículos de esos acuerdos y conflictos.                            



Economía                                 Integración o                                                grupos
                             
                                       local


Los clivajes son el producto de los conflictos, porque las familias y los grupos se alinean de un lado u otro del conflicto, y los partidos políticos canalizan y ordenan el conflicto dando representación en la política.
Hay dos momentos donde la sociedad sin conflictos, o con conflictos implícitos, pasa a tener conflictos explícitos. Con la Revolución Nacional y la Revolución Industrial. Cambia la sociedad de tal manera que hay que canalizar los conflictos. Con este proceso de modernización aparecen cuatro clivajes socioculturales, que luego van a tener un tinte político al influir sobre el Estado. Dos son producto de la Revolución Nacional, y dos de la Revolución Industrial. Se fueron desarrollando desde el S. XVIII y el S. XIX.
Cuatro líneas de división críticas (Fisuras críticas):
Las 2 primeras son producto de la Revolución Nacional:
  1. El conflicto entre la cultura central que construye una nación y la resistencia creciente de las poblaciones sometidas,
  2. El conflicto entre el Estado-nación centralizante y los privilegios corporativos de la iglesia
Las otras dos son producto de la Revolución Industrial:
  1. El conflicto entre los intereses terratenientes y la clase emergente de empresarios industriales y,
  2. El conflicto entre propietarios por un lado y obreros por el otro.

Clivajes:
1)       Política central – Política local: Cuando el Estado intenta avanzar sobre intereses locales e impone sus condiciones. En este punto nace el Estado, centralización del poder, reducción a la unidad. Esto produce un conflicto entre los que están a favor de los órdenes y estamentos y los que están con el Estado.
2)     Estado – Religión: Los sectores conservadores se refugiaron en la Iglesia.  La cuestión fundamental era un problema, no sólo económico (recordar es status de la iglesia), sino moral, de control de las normas de la comunidad. El enfrentamiento fundamental fue en el área educativa. De este clivaje surgieron los partidos de defensa de la religión que se convirtieron en amplios movimientos de masas. Con la ampliación del sufragio adhirieron a estos movimientos una proporción elevada de miembros religiosos practicantes de la clase obrera.
3)     Ciudad – Campo: Producto de la industrialización del Estado, se enfrentan los intereses rurales contra los intereses industriales. La revolución industrial produjo divisiones profundas entre los intereses agrarios y urbanos. Es, en esta fisura, donde aparecen los partidos burgueses, urbanos. Si bien en este conflicto existe un fuerte componente económico, lo que hizo tan profunda la división, fue la lucha por el mantenimiento del estatus adquirido y el reconocimiento del éxito
4)     Burguesía Trabajadores: Los conflictos en el mercado de trabajo resultaron mucho más uniformemente divisorios. Surgieron partidos obreros en todos los países de Europa a partir de los primeros avances de la industrialización. Creación de sindicatos y partidos socialistas en el ámbito nacional. El éxito de estos movimientos fue dispar. Los autores diferencian el proceso europeo del norteamericano. Este último los obreros pudieron incorporarse al sistema nacional con mucha facilidad debido a la insistencia de igualdad, la mejor instrucción y, porque los trabajadores podían alcanzar mejores posiciones porque nuevas oleadas de inmigrantes asumían las tareas de los estatus mas bajos. Todo lo contrario sucedía en Europa, donde los conflictos llevaron a varios países al borde de la guerra civil. Cuando mayor era el número de ciudadanos atrapados en estas oposiciones (disputas) mayor era el peligro de ruptura del cuerpo político. El factor más importante para clamar los ánimos fue –luego de la 2da. Guerra Mundial-, el asentamiento de los partidos obreros en estructuras de gobiernos locales y nacionales y su consiguiente “domesticación” dentro del sistema establecido.
Las 4 fisuras críticas descritas, eran movimientos de protesta contra la elite nacional y sus pautas culturales, y formaban parte de una amplia oleada de emancipación y movilización.
En Estados-nación plenamente movilizados se producen otros tipos de alineamientos de protesta. El foco de protesta es ahora contra las redes crecientes de nuevas elites, como los dirigentes de las muevas y grandes burocracias de la industria y el gobierno, los jefes de organizaciones de masas, etc. Surgimiento de grupos antisistema. El conflicto ya no es entre las unidades territoriales que constituyen una nación sino entre distintas concepciones de constitución y organización del estado nacional. Todos estos movimientos han sido nacionalistas.
Estos cuatro clivajes deben ser canalizados a través de los partidos políticos, que representan intereses y valores, y desde el Estado, empujan para que se den los cambios. Sin conflicto no hay Estado democrático, sino autoritarismo o sociedad estamental.
Condiciones para la canalización de la oposición, condiciones para la expresión de protesta y la representación de intereses en cada sociedad:
1.       El conocimiento de la tradición de toma de decisiones del Estado a través de la historia: procedimientos de conciliación; normas establecidas para la solución de agravios y protestas; las medidas adoptadas para controlar y proteger asociaciones políticas; la libertad de comunicación y la organización de manifestaciones.
2.       Canales para la expresión y movilización de protesta: Si existe un sistema de representación; hasta que punto son accesibles los representantes; quien tiene derecho a elegirlos; como se eligen; las protestas se expresan a través de huelgas, sabotajes o violencia, si hay elecciones, etc.
3.      Las oportunidades, resultados y los costes de las alianzas en el sistema: Los movimientos se mostraban reacios o dispuestos a ensanchar sus bases de apoyo? Hasta que punto es difícil o fácil que nuevos movimientos obtengan representación?
4.      Las posibilidades, las consecuencias y las limitaciones del gobierno de la mayoría en el sistema: ¿Qué tipo de alianzas producirán el control por parte de la mayoría de los órganos de representación y qué grado de influencia podrían ejercer de hecho esas mayorías en la estructuración básica de las instituciones y las distribuciones dentro del sistema.

Una vez que se arma un partido hay que llevarlo al poder, para evitar esto la elite dirigente pone umbrales, o barreras. Movilización de sectores asociado a 4 umbrales. 4 líneas por las que atraviesan los sectores que pretenden plantear exigencias dentro de un sistema político:
  1. Legitimidad: Asociado a la legitimidad de las prácticas democráticas ¿hasta qué punto se acepta el discurso? ¿El conflicto de intereses? ¿Hay posibilidad de expresar estas diferencias sociales en términos políticos?
Umbral ALTO: Cuando no se permite - Umbral BAJO: Cuando si se permite
  1. Representación: La medida en que los nuevos sectores movilizados pueden u obtienen representación por sí solos, o tienen que incorporarse a otros partidos.
Umbral ALTO: Sistema electoral de tipo mayoritario. Sistemas de 2 partidos que generan sobre representación de la mayoría. - Umbral BAJO: Sistemas proporcionales.
3.      Incorporación: ¿Hasta qué punto las diferencias se consideran como experiencias a ser canalizadas? Políticas públicas. (si gano me dan un espacio de poder o hay fraude?)
Umbral ALTO: Cuando no se incorporan los intereses divergentes. - Umbral BAJO: Cuando si se incorporan los intereses divergentes.
  1. Apoyo Mayoritario: Existencia de frenos y contrapesos para quien haya sido elegido para ocupar el cargo principal. Si quien accede al poder tiene la capacidad de modificar la estructura preexistente. Se asocia con la diferencia entre parlamentarismo y presidencialismo. (cuando dejan ganar, o sea cuando aceptan que ha ganado)
Umbral ALTO: Presidencialismo. - Umbral MEDIO / BAJO: Parlamentarismo.

Contribuyen a la tipología de partidos a partir de estos cuatro umbrales. Si tiene elevados umbrales en todos, es un sistema autocrático, no es competitivo. Por el contrario, si va bajando los umbrales se va haciendo más competitivo.

Lijphart – Partidos Políticos

En el modelo de democracia mayoritario, la competencia y diferencias de partidos giran en torno a la dimensión de conflicto o clivaje socio-económico de izquierda a derecha.
Mientras que en el modelo consociativo hay más de un clivaje, porque los conflictos se dan en un espacio multidimensional. Cuando una sociedad tiene un sistema político de mayorías, hay un solo clivaje, producido por la Revolución Industrial, la sociedad es homogénea. Cuando una sociedad tiene más de un clivaje, los de la Revolución Nacional que no fueron superados, es una sociedad heterogénea, hay falta de consenso.
En la democracia de mayorías, a diferencia de la heterogénea o de consenso, al estar ubicados a uno u otro lado de la dimensión socio-económica, el centro no está ocupado, se ocupa con partidos.
Hay cuatro indicadores para saber si se está de izquierda o de derecha:
1)      Propiedad estatal o privada de los medios de producción
a.      A favor de la propiedad estatal-> de izquierda
b.      A favor de la propiedad privada-> de derecha
c.       Propiedad estatal con intervención de lo privado-> centro izquierda
d.      Propiedad privada con intervención estatal-> centro derecha
2)      Grado de intervencionismo económico del Estado
3)     Postura ante la distribución de la riqueza
a.      Si los recursos los asigna el mercado-> derecha
b.      Si los recursos los asigna el mercado, con intervención estatal-> liberal centro derecha
c.       Si los recursos los asigna el Estado-> izquierda
d.      Si los recursos los asigna el Estado, con intervención privada-> centro izquierda
4)     Alcance de los programas de seguridad nacional

En la sociedad heterogénea, los conflictos pueden ser entre Iglesia-Estado, étnico-cultural, urbano-rural, apoyo al régimen, política exterior. Se preguntan qué importancia relativa tiene cada una de estas dimensiones. Opinan que en una sociedad moderna homogénea lo más importante es lo socio-económico. El que le sigue más importante es el religioso. En las sociedades heterogéneas esto es más difícil, la religión resulta la más importante. Pero la mayoría vota según interés.
Se puede medir el peso de las dos dimensiones de dos maneras:
-          Por el peso electoral
-          Por el apoyo político
¿Hay relación entre las dimensiones y la cantidad de partidos?
Una variable => dos partidos
Más variables => más partidos: como una de las funciones de los partidos es representar, cuanto más divisiones, más partidos. Pero esto afecta la gobernabilidad en una sociedad de consenso.

Valenzuela
Caso Chile
Pone a prueba las teorías de Duverger, sobre partidos políticos, la de Sartori y la de Lipset y Rokkan. El texto apunta a dos temas centrales:
1)      Qué régimen político es el mejor para una salida del régimen militar: el sistema parlamentario (igual que Lipset), que copie a las democracias de Europa Occidental.
2)      La política chilena tiene una fuerte tendencia a la polarización ideológica, característica que la diferencia del resto del continente, polarizaciones que tienen otra fuente, la tradicional izquierda-derecha, la primera de origen marxista y la segunda de origen conservador, como lo es en Europa. Por esto, para Valenzuela, Chile debiera aplicar el sistema parlamentario.

Chile es un sistema marcadamente presidencialista, que convive con un sistema de partidos polarizados, de izquierda a derecha. Valenzuela opina que el parlamentarismo haría menguar las diferencias ideológicas entre ambos, y las haría más pragmáticas.
Los partidos chilenos nacen de lo que Lipset y Rokkan llaman clivajes:
-          Centro-periferia
-          Iglesia-Estado
-          Propietarios-trabajadores
Chile tiene una historia política que encaja muy bien a las características de Lipset y Rokkan, y responden a la lógica de esos tres clivajes. El sistema de partidos tiene la característica de ser pluralismo polarizado. Todos los partidos tienen una clientela leal que sirve a sus propósitos, y orgánica. Los partidos están fuertemente organizados, disciplinados e ideologizados. A pesar de ello, son partidos pluriclasistas, con enorme flexibilidad, altamente competitivos. El sistema político chileno, para Valenzuela, es muy fraccionado, tiene varios partidos relevantes. También hay polarización, una izquierda y una derecha claramente definida. Pero hay un centro posicional pragmático que de cierto modo modera la polarización, contrabalanceando los extremos, y hace que la competencia sea centrípeta.
Valenzuela se pregunta si en adelante, esto va a seguir actuando así, o si con Pinochet va a haber un sistema de partidos distinto.


23/08
MAINWARING

Los partidos políticos recibieron escasa atención por parte de los académicos que escribían acerca de América Latina por tres razones:
1-       Poderes ejecutivos fuertes y la debilidad de la mayoría de los congresos llevaron a una situación en la cual los partidos políticos quedaron eclipsados por la personalidad de un líder poderoso
2-       Dentro de un contexto de un severo autoritarismo, la influencia de los partidos políticos se vio seriamente limitada.
3-      El periodo mencionado (60-80) fue testigo  del ascenso de modelos analíticos que otorgaron escasa importancia a las instituciones políticas. Los análisis políticos gravitaron en torno a los regimenes militares.
Desde lo últimos años, las corrientes políticas e intelectuales han cambiado, y los partidos recibieron más atención académica. Es que la mayoría de los países latinoamericanos sufrieron transiciones hacia la democracia. Los partidos volvieron a ser los actores importantes.

Brasil
Los partidos políticos brasileños han sido actores relativamente secundarios dentro del sistema político. Ninguno de los cuatro partidos más importantes existía antes de 1966. Y solo uno de aquel entonces, continúa existiendo.
Los partidos de Brasil se destacan por su carácter gelatinoso, han sido muy dependientes del Estado. La teoría liberal supone ampliamente que los partidos son las expresiones de la sociedad civil, organizadas para representar sus intereses dentro del Estado. En Brasil los partidos han sido más a menudo creaciones del Estado. Por cuanto prevalecían los clivajes regionales y familiares. Presentan la contrapartida al caso de Chile. Aparece como un caso extraordinario de subdesarrollo partidario. Las perspectivas democráticas aparecen confusas al analizar sus instituciones políticas.
Ya en 1930 existían en Argentina, Chile y Uruguay partidos bien establecidos, no ocurría lo mismo con Brasil.
Hasta el final del Estado Novo (1945), los lideres del Estado y los miembros de las oligarquías regionales deliberadamente trabajan en contra de la creación de partidos políticos fuertes y nacionales, porque tales partidos hubieran limitado su autonomía y su poder. Lo que no entendemos a simple vista es porque entre 1946 y 1964, cuando Brasil tenía un régimen político que era mayormente democrático, los partidos siguieron siendo secundarios.
El problema deriva sobre todo de la relación entre los partidos y el Estado. La existencia de una estructura estatal centralizada anterior a la aparición de un sistema partidario constituye en si misma, una dificultad para la institucionalización del sistema. La manera en la cual el sistema político de los 30’ institucionalizó el poder, condicionó la evolución futura de los partidos. Históricamente, Brasil tuvo agudas divisiones regionales que hicieron difícil para el Estado federal ejercer un control firme sobre el vasto territorio nacional. En los años treinta, la burocracia se consolidó en un sistema con fuertes rasgos corporativistas, y el gobierno central estableció su poder con tendencias regionales centrifugas.
Otros autores sostienen que la comprensión que Schumpeter tiene de los partidos es más exacta cuando se la aplica al caso brasileño. En el periodo posterior a 1946 existieron tres factores que incidieron contra la evolución de los partidos:
1-       El poder estaba centralizado en el estado federal
2-       la consecución de excesiva clientela impidió la articulación de intereses de clase o de grupos, debilitando el carácter representativo de los partidos.
3-      Los políticos profesionales se comprometieron en prácticas que maximizaban la flexibilidad individual y minimizaban la fuerza de los partidos.
Otros hablan de la fragmentación del sistema partidario fijándose en el proceso del PSD, que socavo el centro político y lo convirtió en un pluralismo polarizado.
En Brasil, Chile y Argentina, uno de los partidos mayoritarios alentó los golpes que llevaron a la desaparición de la democracia.
La  UDN ferviente contraria al populismo de Vargas apoyó el golpe del 64’. Este partido sintetizó las contradicciones del liberalismo brasileño, a pesar de sus proclamas a favor de principios liberales, el partido fue altamente elitista.
Brasil presenta un caso excepcional: durante el periodo de régimen militar, los partidos funcionaron legalmente. Esto genera dos Comentarios:
1-       que los partidos constituían una fachada
2-       los partidos eran mucho más maleables
Digamos que el régimen autoritario era un Hibrido, que incorporaba rasgos democráticos. Los partidos políticos deben ser capitales para establecer un sistema que tenga credibilidad democrática, sustentan ideas y políticas. Cuando los partidos son débiles, se socava esta clase de elección entre ideas y políticas. Se pasa a elegir entre líderes en particular.
Por esta razón, la creación  de partidos políticos que compiten entre si y ofrezcan distintas alternativas es una tarea primordial si la democracia brasileña quiere ser consolidada.
En Brasil, antes de proporcionar derechos a las masas, los políticos intentaron conseguir su apoyo proporcionando favores personales. Es que todavía están presentes las políticas tradicionales. Así, unos de los problemas principales del desarrollo partidario comprenden la respuesta a las demandas populares. El PT fue un partido de crecimiento excepcional a la regla de Brasil. Pero está es dificultades para seguir creciendo, el partido posee menos ideología que una propuesta ética.

Argentina
Ha disfrutado de un rápido crecimiento económico y una estabilidad política hasta 1930. Desde entonces, ha experimentado una inestabilidad política crónica. La destrucción económica y las atrocidades a los derechos humanos cometidos durante el PRN son solo la culminación de un proceso.
A partir de 1946, ha tenido dos partidos mayoritarios, el Radical y el Peronista. A contrario con Brasil, la identificación partidaria es fuerte. Sin embargo, como en Brasil los partidos no fueron instrumento eficaces para expresar y canalizar las demandas políticas. Porque la sociedad civil es pretoriana, los cuerpos corporativista desempeñaron un papel primordial. Entre 1930 y 1943 el desarrollo de los partidos quedó en suspenso, mientras la industrialización y la urbanización tendieron las bases para el rápido surgimiento de una política de masas, cuando Perón entro en escena. Quien afecto el desarrollo de los partidos políticos, al promover su estilo autoritario y el culto al líder, fue mas un movimiento que un partido, impidiendo la institucionalización de los partidos. Mientras los Radicales recurrieron a interminables conspiraciones y alianzas con las FFAA para derrocar a Perón  y luego para mantenerlo alejado del poder.
Durante el régimen militar, los do partidos opositores han trabajado para juntos derrocarlo, pero los partidos no maduraron suficientemente. No pudo, aún, llenar el vacío que dejó Perón.
Si bien corrientes de ambos partidos claramente favorables a la  Renovación y el Cambio tomaron las riendas de los dos partidos, ninguno ha formulado una propuesta que tome en cuenta las repercusiones políticas que tiene la crisis económica.

Chile 
El sistema político chileno y su sistema partidario fueron durante mucho tiempo únicos en América Latina, y el carácter diferente de su sistema político se debió en gran parte al carácter singular de sus partidos y su sistema partidario. Valenzuela dice, “los partidos fueron la fuerza política determinante para forjar las instituciones democráticas de la nación, así como también importantes actores en periodos de inestabilidad política”
Los partidos políticos se destacaron por su alcance nacional, sus marcadas ideologías y el papel central que desempeñaron en le sistema político. En chile, la legislatura se volvió el principal escenario donde se dirimían los conflictos. Para Valenzuela, los rasgos iniciales del sistema partidario fueron esenciales. El temprano establecimiento de un sistema político centrado en torno al parlamento y los partidos permitió la posterior incorporación de partidos que representaban a las clases trabajadoras. El sistema partidario poco cambio, la mayor excepción a esa pauta fue la aparición de PDC, quien desplazó al PR que era más pragmático y menos ideológico, convirtiéndose en una importantes fuerza desestabilizadora para el sistema.
Los partidos eran fuertes, canalizaban efectivamente las demandas de los actores políticos y fueron incapaces de mantener la democracia. En el caso chileno la fuerza que poseían los partidos contribuyo a la desaparición de la democracia. En el caso chileno la fuerza que poseían los partidos contribuyo a la desaparición de la democracia, por que fueron incapaces de actuar moderadamente. Así como en Brasil los partidos son tan débiles que no pueden representar a la sociedad civil, en Chile son tan fuetes que pueden ser intransigentes erosionando los espacios de moderación y compromiso.

Uruguay
Su experiencia política también representa un caso excepcional. Notablemente homogéneo, sin grandes diferencias étnicas, tuvo hasta 1973 una de las democracias mas antiguas y mejor establecidas en la región. Los dos partidos principales (blanco y colorado) son tan antiguos como el país. Sobrevivieron porque cambiaron de contenido, se adaptaron, no tienen mucha diferencia ideológica. Tuvieron históricamente, alto grado de divisiones internas. Eran parecidos a lo partidos chilenos, pero en otros aspectos estaban poco desarrollados, funcionaban poco fuera de los periodos electorales, tenían una coherencia ideológica limitada. Se parece en chile en cuanto a una democracia  bien establecida, con un sistema partidario institucionalizado que quebró en 1973. Es diferente a Chile por cuanto los líderes partidarios no son directamente responsables de la ruptura. La naturaleza de ambos partidos y los profundos problemas que ambos tuvieron en conceptualizar nuevos modelos de desarrollo contribuyeron a la ruptura. El carácter tradicional dio una gran continuidad a sus líderes, pero esa continuidad los volvió incapaces de responder a la crisis de los 50’ en adelante. El sistema electoral con su voto doble, alentó la fractura interna de los partidos.

Estudios comparativos
La relación entre estado y los partidos, muestra que en dos países (Uruguay y chile), los partidos desempeñaron un papel preponderante en las mediaciones políticas. Con la diferencia que en el primer caso son amorfos, sin diferencias relevantes.
Argentina, sindicatos y FFAA. En Brasil, además la sociedad civil es débil. Y la política ha quedado limitada a la lucha de elites.

30/08
Lijphart capítulo 9

Dentro del conjunto de instituciones, el sistema de partidos y el sistema electoral son componentes importantes.
Los sistemas electorales generalmente se confunden con uno de sus componentes: la fórmula electoral, pero el sistema electoral está compuesto por siete componentes:
1)       La fórmula electoral. Las más vigentes son tres. En realidad se aboca a la fórmula electoral de los 24 países que estudia.
a.      Fórmula de mayoría
b.      Fórmula semiproporcional
c.       Fórmula de representación proporcional
Las fórmulas electorales están vinculadas con la representatividad política. Los que defienden a) consideran que esta fórmula asegura la gobernabilidad, pero el costo es que estas fórmulas no son representativas. En cambio, los que defienden c) son más representativas, pero su debilidad es que a veces dispersan tanto el poder que la gobernabilidad queda resentida. Ningún sistema electoral es inocente, se debaten en fórmulas teóricas pero los actores no confiesan sus verdaderas intensiones, llevar votos para ellos. Tratan de modificar la fórmula electoral para favorecer los votos que puedan ganar.
*        La fórmula de mayoría tiene el propósito, y está pensada para darle un gobierno eficiente a la mayoría en desmedro de la representatividad. Hay tres fórmulas de mayoría:
1.        Mayoría relativa: el partido que gana la banca (EEUU, Canadá, NZ, GB)
2.       Mayoría/mayoría: el ballotage, mayoría especial. Si no gana con el 50% hay ballotage. (Francia V)
3.       Voto alternativo: aparenta ser más proporcional, es una variante. (Australia)
*        La fórmula semiproporcional, el voto personal no transparente es más proporcional que el sistema inglés, donde el que gana (uno solo) se lleva la banca. A medida que gana votos, se los ordena de mayor a menor, y los cuatro primeros llevan bancas. (Japón)
*        La fórmula proporcional tiene dos variantes:
1.        Sistema de lista: es el más generalizado, el que adopta nuestro país (lista sábana). Se reparten las bancas a través de la fórmula matemática, cada partido nomina las bancas que gana. Uno vota una lista encabezada por una persona, pero no sabe el resto de los integrantes de la misma. (Alemania, Austria, Bélgica
2.       Voto personal transferible: es muy elogiado porque le deja al elector más libertad para elegir el candidato. Este le permite al elector intervenir de una manera más clara en cuáles son sus candidatos preferidos. (Irlanda)

2)     La magnitud del distrito o tamaño de la circunscripción: número de bancas que se disputan. La más pequeña es uninominal (EEUU, Canadá, Reino Unido, Nueva Zelanda, Israel, Países Bajos). Cuando se disputa más de una banca, va aumentando el tamaño de la circunscripción. Cuanto más grande, más proporcional, y viceversa. La fórmula electoral por sí sola no es proporcional, sino que depende del tamaño del distrito. El sistema uninominal fabrica mayorías artificiales de un solo partido, ya que alcanza la mayoría con un 30% o 40% de votos. Cuando el sistema es binominal (Chile), para que se lleven las dos bancas, se tiene que sacar el 50% de los votos, y si saca menos, se lleva sólo una, y el segundo se lleva la otra, propicia un bipartidismo.
3)     Previsión de escaños suplementarios: es una variante que introducen algunos países donde se reservan bancas para que no queden afuera algunas minorías étnicas por ejemplo. También se utiliza para corregir el desvío de proporcionalidad, cuando una elección no resulta ser proporcional. (Austria, Dinamarca, Islandia, Suecia)
4)     Premio a la mayoría: en algunos países, en ciertas situaciones, se da este caso que consiste en que cuando la proporcionalidad es empatada, la mayoría tiene un premio. Entre Ríos combina una fórmula proporcional con premio a la mayoría. Éste, con los otros elementos, altera los resultados.
5)     Umbral electoral: hace a la configuración electoral. Es lo mínimo que tiene que sacar en votos un partido para entrar en el reparto de las bancas. En Argentina hay un umbral del 3% para diputados. Si el umbral es alto, disminuye la proporcionalidad y viceversa. El umbral más alto lo tiene Alemania y Suecia. Bélgica e Israel no tienen umbral.
6)     Fórmula aritmética: mediante la cual se convierten los votos en bancas. Predomina a fórmula de D’Hondt. El promedio aritmético simple es otro método.
7)      La boleta electoral: La boleta única favorece el voto por persona, porque uno tacha a quien quiere votar. El corte de boleta también determina la elección y asignación de bancas.

Estos elementos, junto con la fórmula electoral fortifican o desvirtúan la elección.
*    Todo sistema electoral, sea con intención mayoritaria o proporcional, nunca alcanza a ser proporcional porque todo depende de la combinación de los elementos del mismo sistema electoral.
*  Todo sistema electoral, de mayor a menor, fabrica mayorías. Los sistemas mayoritarios favorecen a las mayorías, pero los proporcionales también pueden dejar afuera a la minoría porque según como se combinen cada uno de los otros elementos, puede que favorezca a la mayoría.

Sartori

El impacto más importante del sistema electoral es sobre el sistema de partidos. Este impacto forma parte de un debate sobre la manera en la que impacta. Duverger analizó esto y descubrió una ley “sociológica” en relación a un sistema electoral y el sistema de partidos, estableciendo leyes.
Ley 1: Un sistema electoral mayoritario propende a la configuración de un sistema bipartidista.
Ley 2: Un sistema electoral proporcional propende a la configuración de un sistema multipartidista. Cuanto más fragmentado está el sistema electoral, más partidos vamos a encontrar.
Estas leyes han sido objeto de muchas críticas. Algunos dicen que esa relación causal que establece es falsa y otros que ellas se verifican.
Lijphart al clasificar los países según su sistema electoral, analiza cuál es el sistema de partidos y encuentra que hay casi una relación perfecta con las leyes de Duverger, en 22 de esos países hay una correlación entre sistema electoral y sistema de partidos.
Sartori retoma este debate y llega a las siguientes conclusiones, ya que considera que están mal planteadas. Dice que Duverger comete un primer error causal, ya que establece una lógica de causalidad determinista, cuando en realidad es probabilística (hay casos a favor y en contra) El segundo tipo de error, es el de la lógica de las condiciones.  Sartori plantea que hay condiciones suficientes y necesarias. Un tercer error en el que incurre es el teórico-metodológico, ya que Duverger no establece las reglas para contar un partido. El cuarto error o crítica, es teórico-empírico, si el sistema electoral influye en el sistema político, esa influencia no es directa, si la hubiese, es indirecta porque donde realmente el sistema electoral influye es sobre el votante (variable dependiente), el elector, y a través de éste luego va a influir en el sistema político.  Porque todo sistema electoral manipula al elector, lo condiciona y pierde márgenes de libertad. La quinta corrección es que para que un sistema mayoritario como el de GB, pueda, a través del elector al que manipula, reducir a dos la número de partidos primero tiene que dar la condición de que esos dos partidos, antes del sistema electoral, obtengan la preferencia de todo el electorado en todos los distritos a nivel nacional, porque si la preferencia de los electores varía de distrito en distrito, no hay fórmula mayoritaria que pueda fabricar mayorías.
Para que un sistema electoral (variable independiente) a través del elector pueda influir en el sistema de partidos es condición  necesaria que el sistema de partidos esté estructurado, segunda variable dependiente.
Para que un sistema mayoritario pueda reducir a dos los partidos, éstos tienen que encabezar la preferencia del electorado, introduce la tercer variable, dispersión inter-circunscripción, que la preferencia esté dispersa.
El efecto o influencia directa de los sistemas electorales recae sobre el elector, e indirectamente sobre el sistema de partidos. Un sistema electoral es fuerte cuando condiciona fuertemente al elector, es débil (proporcional) cuanto menos lo condicione. También hay casos intermedios. Los sistemas electorales mayoritarios son fuertes, además tienen un efecto reductor, reducen el número de partidos. Pero sostiene, a diferencia de Duverger, que los sistemas proporcionales pueden ser reductores por sus componentes no proporcionales.
Del mismo modo, los sistemas de partidos pueden diferenciarse según estén estructurados o no estructurados. Es estructurado cuando el elector vota por ideología, no en función a una persona, cuando está compuesto por partidos de masas.
A partir de esto, elabora reglas:
Regla 1: Un sistema uninominal mayoritario no genera por si mismo un sistema bipartidista, pero, si existe, ayuda a mantenerlo a nivel nacional.
Regla 2: Un sistema uninominal a largo plazo lleva al bipartidismo bajo dos condiciones:
-     Sistema de partidos estructurado
-     Dispersión inter-circunscripción pareja a nivel nacional
Regla 3: Por el contrario, no se da la regla dos donde hay concentraciones relevantes, pero si es reductor donde estas concentraciones irreductibles no se dan.
Regla 4: Los sistemas proporcionales tienen efectos reductores por su no proporcionalidad. Cuando el sistema electoral es muy proporcional, no tiene ningún efecto porque manipula poco al elector.








Efectos combinados de los sistemas electorales y de partidos:
Sistema electoral

Sistema de partidos
Fuerte
Débil
Fuerte
I
Efecto reductor del sistema electoral
II
Efecto de bloqueo- reequilibrante del sistema partidista
Débil
III
Efecto reductor de bloqueo a nivel de colegio
IV
Ningún efecto

I.      Cuando se da un sistema de partidos estructurado (fuerte), y un sistema electoral fuerte, el sistema electoral tiene un efecto reductor muy fuerte, condiciona al sistema de partidos. (EEUU, Inglaterra, Canadá, Nueva Zelanda, Australia)
II.    Cuando se da un sistema de partidos estructurado y un sistema electoral débil (ya sea porque es proporcional o porque no condiciona al electorado), la fuerza canalizadora del sistema partidista hace de contrapeso a la debilidad manipulativa del sistema electoral. Se produce el efecto de bloqueo o efecto reequilibrador dado por el sistema bipartidista. Demuestra como la introducción de un sistema proporcional no es seguido necesariamente del incremento del número de partidos. (Austria, Malta)
III.  Cuando no hay sistema de partidos estructurado pero hay un fuerte sistema electoral (uninominal), produce efectos únicamente colegio por colegio, a nivel de circunscripción. Por lo tanto, el sistema electoral no puede reducir el número de los partidos a nivel nacional, pero si a nivel local. Los sistemas electorales fuertes constituyen una condición que obstaculiza los desarrollos del pluralismo extremo y, por el contrario, son una condición que favorece a los sistemas de pluralismo moderado. (India y la mayoría de los países de Europa continental del siglo XIX)
IV.  No produce ningún efecto porque ambos factores influyentes son demasiado débiles para producir efectos de reducción.

Las reglas que se definen como verdaderas y propias leyes en cuanto que se formulan en clave de condiciones necesarias y suficientes. El sistema electoral será considerado como una condición suficiente, si bien no exclusiva. En cuanto a las condiciones necesarias, éstas son a) estructuración del sistema partidista, b) la distribución de las opiniones (preferencias de los electores) a través de los colegios, la dispersión inter-circunscripciones difusa. En base a estas premisas, desarrolla las leyes:
Ley 1: Dadas unas estructuraciones de sistema de partidos y unas dispersiones inter-circunscripciones (como condiciones conjuntas necesarias), un sistema uninominal causa (condición suficiente) de un formato bipartidista. (Austria)
Ley 1.1: Alternativamente, una estructuración de sistema de partidos fuerte, es por sí misma, condición necesaria y suficiente para un formato bipartidista.
Ley 2: Dada una estructuración del sistema de partidos, pero no una dispersión inter-circunscripciones, un sistema uninominal causa (condición suficiente) la eliminación de los partidos intra-mayoritarios (concentraciones relevantes). (Inglaterra, Canadá, Australia)
Ley 3: Dada una estructuración del sistema de partidos, los sistemas de representación proporcional consiguen efectos reductivos causados (a título de condición suficiente) por su no-proporcionalidad. Por lo tanto, cuanto mayor sea la impureza del sistema proporcional, tanto más alto será el coste de acceso que resulta para los partidos menores, y tanto más sensible su efecto reductor, y viceversa. (Grecia, Alemania, Turquía, Irlanda –sus distritos son pequeños– , Japón)
Ley 3.1.: Alternativamente, una estructuración del sistema de partidos particularmente fuerte es, por sí misma, condición necesaria y suficiente para mantener casi cualquier formato partidista que fuera anterior a la introducción del sistema proporcional.
Ley 4: En ausencia de una estructuración del sistema de partidos, y dada una representación proporcional pura que se traduce en iguales costes de entrada para todos, entonces los partidos son libres para convertirse en tantos como permita el cociente.

06/09

LA POLITICA DE ADVERSARIOS Y LA REFORMA ELECTORAL
S.E. Finer

El Sistema de adversarios
En pocas palabras, el sistema de adversarios es un combate o encuentro entre dos rivales en beneficio del público. A partir, sobre todo, de 1945, la vida pública británica se ha comportado en forma similar con dos equipos de políticos en abierta competencia, en forma de una polémica continua en la Cámara de los Comunes donde una oposición sin poder se enfrenta a un gobierno todo poderoso con la esperanza de obtener un veredicto favorable en las siguientes elecciones.
El sistema bipartidista británico constituye lo que se conoce como “juego de suma 0”: en este sistema el ganador se lleva todo.
Pero este sistema electoral no solo coloca a un partido a cargo del gobierno e impide cualquier participación en la toma de decisiones: garantiza también que el equipo ministerial y resto de los miembros del mismo partido en el parlamento se mantengan unidos, de lo contrario su división favorecería al partido opositor de cara a las próximas elecciones.

El sistema electoral
El sistema británico en esta materia es tal que aquel candidato que obtiene el mayor número de votos por pequeña que sea la fracción frente a los que le siguen en la circunscripción uninominal, logra es escaño. Es lo que se llama “sistema plural de mayoría simple uninominal”.
El que los partidos se alternen en el poder se debe precisamente a este sistema, unido a un rasgo muy particular: la forma en que los votos a favor de tal o cual partido se distribuyen entre las 650 circunscripciones.
Lo que este sistema ha producido es que sea dos, y sólo dos, los partidos que de él se benefician.

Este sistema plural produce cuatro resultados principales:
1.       Discrimina a aquellos partidos cuyo electorado se halla más o menos distribuido proporcionalmente entre las circunscripciones, de tal suerte que, a pesar de reunir casi un quinto de la votación total, se encuentra siempre en las circunscripciones muy por debajo de los partidos principales.
2.       En la medida en que las elecciones tienden a ser disputadas casi exclusivamente por los dos partidos más grandes, el sistema plural trae como consecuencia el exagerar la representación en términos de escaños en favor del partido triunfador en comparación con el porcentaje que obtiene en la votación total.
3.      Un pequeño cambio en la dirección de los votos produce como resultado de la misma desproporción de sufragios logrados y escaños conquistados, la salida del partido del gobierno y su substitución por el oponente.
4.      Este sistema premia y fomenta la solidaridad dentro del partido. Ya que una nueva posición dentro de un bipartidismo tan marcado implicaría perder automáticamente la elección.

Algunas precisiones:
·         Las consecuencias dependen de la intrascendencia de un tercer partido de alcance nacional.
·         Cualquier correspondencia que uno pueda suponer para la relación entre votos y escaños se altera cuando los votos de un partido se concentran fuertemente en determinada región.

¿Por qué es perjudicial?
1.       El gobierno se encuentra presionado por los extremistas de ambos lados que militan en sus filas. Una vez en el poder, cada partido tiene que llegar a un acuerdo con sus alas de izquierda y de derecha a fin de hacer frente a la oposición.
2.       Estas líneas centristas de los gobiernos que se alternan en el poder jamás han sido apoyadas por la mayoría del electorado.
3.      Las políticas de centro izquierda del partido A se encabalgan con las políticas de centro derecha del partido B de tal forma que se exagera la discontinuidad en las políticas nacionales a largo tiempo.
4.      Los cambios y modificaciones en la legislación del gobierno pocas veces se deciden en el recinto parlamentario.
5.      Este sistema genera incertidumbre. No se pueden predecir los resultados dado su naturaleza.

Reforma electoral

1.       Para que un gobierno reclame un mandato para llevar adelante su política, debe ser elegido por la mitad de los electores como mínimo.
2.       El parlamento como cuerpo debe tener más libertad y poder para modificar la legislación
3.      Las políticas públicas deben desarrollarse paulatinamente y con continuidad a menos que sea rechazado por más de la mitad de los electores.

La representación proporcional no solucionaría el problema pero los matizaría:
·         El patronazgo de los ministros se rotaría entre más partidos
·         Con la entrada y salida de nuevos partidos se lograría un mayor conocimiento de la forma en los departamentos trabajan.
·         Crea las condiciones para hacer más poderosa a la Oposición y a la Cámara de los Comunes.



13/09
Bodemer y Robert
Estudios de casos: Alemania

Después de la guerra, el lado occidental queda con el nombre República Federal Alemana de Occidente, en términos de Lowenstein, es un parlamentarismo moderado. Sartori lo denomina régimen de canciller, primero sobre las partes. El canciller tiene predominio, aunque está atenuado porque hay coaliciones partidarias en el parlamento. El sistema de partidos de Alemania, según Sartori, es un multipartidismo moderado. Originalmente, la República Federal Alemana (o de Bonn) tenía 17 partidos hacia 1948. Luego, a partir del sistema electoral y de otra característica, este sistema multipartidista extremo se fue reduciendo y, llegando hacia el ‘55/’56, adquiere formato de tres partidos: Partido Demócrata Cristiano (PDC), Partido Socialdemócrata (PSD) y Partido Liberal (PL). El resultado son gobiernos de coalición. Este sistema se combinó con dos dimensiones en pugna que cambia la dimensión de partidos.
-          Alrededor del conflicto socioeconómico: alineó al PDC con PL por afinidad ideológica, frente al PSD.
-          Alrededor del conflicto tradicional religioso-laico: alineó al PL con el PSD frente al PDC.
Durante mucho tiempo, el formato permaneció de tres partidos hasta que en el año 1979 aparece el Partido Verde, que apareció originariamente como ONG, como grupo de presión. Recién en 1983 logra colocar diputados en el parlamento federal. Al hacer esto, adquieren potencial de coalición, con éste modifican las dimensiones en pugna.
-          Un tercer conflicto se da entre economía-ecología: tiene mucha importancia porque los verdes adhieren al PSD, pero el valor superior de éstos es el económico, por lo que a veces discrepan entre ellos, contra el PDC y PL.
-          Agregan también, al adquirir potencial de coalición, un cuarto conflicto político, donde hay más cercanía entre el Partido Verde y el PSD por un lado, y el PDC y PL por el otro.
Se convirtió en un sistema de partidos de cuatro partidos y cuatro dimensiones en pugna.
En 1991 se unifica Alemania y el sistema de partidos se forma de 5 partidos, se suma el ex Partido Comunista, que pasa a llamarse Partido de la Izquierda. Pero todavía no tiene potencial de coalición, pero en realidad se lo puede tomar como sistema de partidos de cuatro, debido a esa falta de potencial de coalición. Es un multipartidismo moderado. Daba la impresión de que se iba a formar dos coaliciones de partidos.

El funcionamiento del sistema a través de las dimensiones en pugna y formato de partidos.
En 1948 hay elecciones municipales y en 1949 se dan elecciones nacionales en el Oeste, de los 17 partidos ingresaron 11. Fue una coalición del PL, PDC y del Partido Alemán, que gobernó desde 1949 hasta 1966 Konrad Adenauer, quien tuvo la característica del liderazgo dentro de la coalición del PDC y el PSD en la oposición. En el ’63 Adenauer fue obligado a abandonar la cancillería y asume Erhard, quien había sido su ministro de economía. En 1965 hay elecciones federales de renovación de parlamento, y se produce que el PL, que siempre fue socio del PDC permitiéndole formar gobierno, tenía diferencias con Erhard gracias a su plan económico, y por sobretodo por la personalidad de éste. Los liberales en esa elección no iban de socios con el PDC, manifestando su intención de que, llegado el caso, coalicionen con el PSD (de plataforma ideológica marxista). Éste, en un contexto de plena Guerra Fría, no era un partido confiable como para formar gobierno, ya que se lo consideraba próximo a la URSS. Pero el PSD ya poseía una afinidad con el PL, el del conflicto laico/religioso. Erhard gana las elecciones del ’65 pero en el ’66 deja la cancillería por no poder formar gobierno. Lo sucede Kiesinger. En las elecciones de 1969 el PSD forma gabinete con Brandt, quien era más flexible y negociador con los líderes soviéticos por eso no era confiable, tenía presencia en los países del Tercer Mundo y en los No Alineados.
Por primera vez, el PDC pasa a ser opositor. En 1972 la coalición sufre una conmoción, los parlamentarios liberales rompen filas con los del PSD, abriendo un problema para Brandt de que se alíen con los del PDC. Entonces, disuelve el parlamento anticipadamente, con las nuevas elecciones gana y logra formar con los liberales de nuevo coalición. En 1974 asume Schmidt, otro jefe del PSD, hasta 1982.
Desde 1969-1982 hubo gobierno de coalición entre PSD-PL, el gobierno de Brandt le otorgó credibilidad al PSD, y abandonó su tinte marxista, generando centralidad. En 1982 se disuelve esa coalición, el PL abandona al PSD y se concretó el voto de censura constructivo contra Schmidt. Asume en 1982 Kohl y el PDC se pone de nuevo al frente del gobierno hasta 1998.
En 1991 con la caída del muro, hubo todo un debate acerca de la incorporación de Alemania del Este. Este Canciller es el “padre de la unificación” porque decidió la unificación de las dos repúblicas alemanas de un día para el otro, con éxito en su decisión.
En 1998 la Democracia Cristiana pierde las elecciones porque un juez o fiscal, descubre que en la elección anterior habían USD100.000 del que faltaba el nombre del donante, y le demandan poner en regla ese tema, como no apareció el nombre del donante, lo acusaron a Kohl de ello porque conocía el nombre del donante pero su condición había sido la del anonimato. Por no faltar a su palabra de honor, prefirió perder las elecciones. Vuelven al poder, entonces, el PSD liderados por Schröder, haciendo coalición con los del Partido Verde, para en esa fecha, logran potencial de coalición. Con los liberales ya no podían porque desconfiaban de ellos, por el voto de censura aplicado a Schmidt.
En el 2005, las elecciones habían dado peso a la coalición de Schröder y los verdes, pero el PDC postulaba a Merkel, quien ganó por cuatro escaños. Los resultados fueron:
PSD= 222 bancas; PDC= 226; PL= 61;  PI=54               ; PV= 51           cinco partidos donde ninguno puede gobernar sin coalicionar.
Para poder coalicionar, el partido mayoritario necesita y debe querer coalicionar con un partido. Los Social Demócratas no quieren coalicionar con el Partido de la Izquierda. El PL tiene afinidad con los PSD, pero sólo llegan a las 286 bancas. Durante un mes estuvo sin formar gobierno, hasta que el PSD y PDC lograron coalicionar. Hubo una gran pulseada para ver quien iba como Canciller entre Merkel y Schröder, quien da un paso al costado y asume Merkel. La necesidad de coalición no ha sido obstáculo para formar gobierno. El PL sirvió de pivote para formar gobierno durante mucho tiempo, según con quien se alineaba, formaba tal o cual gobierno, hasta que el PV tuvo poder de coalición. Luego, los dos partidos grandes se forman de masas, atrapa todo en términos de Oppo.
En 1948 se generó el problema de establecer una Constitución. En ella establecen que la República Federal Alemana adopta para su gobierno un sistema de partidos democrático, lo cual marca una revalidación de los partidos políticos.
Otra discusión se dio en torno al sistema electoral. Los partidos con menos expectativas querían un sistema proporcional de lista y los que tenían más expectativas querían un sistema uninominal mayoritario. Finalmente, se estableció un sistema de “compromiso”, un sistema electoral mixto que repartía 50 y 50. Tiene un muy alto umbral para ser reconocido como partido, del 5%, que redujo el número de partidos.
A los partidos reconocidos como antisistema, no se le dio reconocimiento legal constitucional para competir. Por lo que existe la controversia de que un sistema democrático impida la participación de un partido. Esto ocurrió en 1952, cuando el Partido Social del Reich fue disuelto y en 1956, cuando ocurrió lo mismo con el Partido Comunista de Alemania.
Estas características no-proporcionales del sistema proporcional (altos umbrales, circunscripciones pequeñas) hicieron que el número de partidos se redujera. La proscripción de los partidos antisistema (en términos de Sartori) fue el factor central que no permitió la polarización de la sociedad.

20/09

O’Donnell “Otra Institucionalización” (1996)

En las dos últimas décadas, muchos países se liberaron de sus regímenes autoritarios. Entre estos países existen importantes diferencias. Algunos todavía mantienen regímenes autoritarios (si bien de un tipo diferente de los del pasado) aún cuando de tanto en tanto realizan elecciones. Otros países son claramente democráticos. Muchos otros parecen ocupar una zona gris: exhiben ciertos parecidos con la democracia, pero sin algunos de sus atributos. Según la mayoría de la literatura contemporánea, a estas democracias de alguna manera “incompletas” les falta consolidarse o institucionalizarse plenamente. Esto plantea dos tareas: encontrar criterios que establezcan una línea divisoria (arbitraria) que separe el conjunto que incluye todas las democracias existentes de todos los casos que no son democracias. Para ello toma la definición de democracia como poliarquía. Una vez obtenido ese conjunto de democracias razonablemente delimitado, la segunda tarea consiste en examinar los criterios que se emplean para comparar los casos dentro de este conjunto.
Se vale de América Latina contemporánea como referente empírico, discute ciertas características de estos países desde el punto de vista de los componentes que definen la poliarquía. Luego considera una de las ideas centrales de la literatura sobre transiciones: que muchas nuevas poliarquías no consolidadas no están, o están pobremente, institucionalizadas, en contraste con las antiguas poliarquías. Pero sostiene que el problema de muchas nuevas poliarquías no es la falta de institucionalización. En ellas existen dos instituciones extremadamente importantes: las elecciones (altamente institucionalizadas, pero intermitentes) y el particularismo o clientelismo (informal, permanente y ubicua). Luego concentra la atención en que, a diferencia de los períodos autoritarios, el particularismo coexiste actualmente en incómoda tensión con y dentro de las instituciones y reglas formales del complejo institucional de la poliarquía.
Los atributos de la poliarquía son:
1.       Autoridades públicas electas
2.       Elecciones libres y limpias
3.      Sufragio universal
4.      Derecho a competir por los cargos públicos
5.      Libertad de expresión
6.      Información alternativa
7.      Libertad de asociación

Los aspectos 1 a 4 dan el aspecto básico de la poliarquía: las elecciones son incluyentes, limpias y competitivas. Los atributos 5 al 7 refieren a las libertades políticas y sociales que son mínimamente necesarias para que las elecciones sean limpias y competitivas. (Deja afuera República Dominicana, Haití y México)
Sostiene que es necesario añadir otros atributos a los siete que Dahl enuncia. Uno es quienes ocupan las posiciones más altas en el gobierno no deben sufrir la terminación de sus mandatos antes de los plazos legalmente establecidos. Otro es que las autoridades electas no deben estar sujetas a restricciones severas o vetos, ni ser excluidos de ciertos ámbitos de decisión política por actores no electos, especialmente las fuerzas armadas. (deja afuera Guatemala, Paraguay, Honduras y El Salvador, a su vez, Chile y Perú como casos dudosos). Un tercer atributo adicional es que debe existir un territorio disputado que defina claramente el demos votante. Por último, también debe incluir una dimensión intemporal: la expectativa generalizada que el proceso electoral y las libertades contextuales se mantendrán en un futuro indefinido.
Estos criterios lo dejan con tres poliarquías que precedieron la ola de democratización: Colombia, Costa Rica y Venezuela; y con los que resultaron de ella: Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Nicaragua, Panamá, Uruguay y, con algunas salvedades, Chile y Perú. Pero sólo en la poliarquía latinoamericana más antigua, Costa Rica, y en dos redemocratizadas, Chile y Uruguay, los tres poderes y los partidos funcionan  próximos a sus reglas institucionales.
La definición de poliarquía no dice nada en cuanto a las instituciones formales del régimen y el gobierno, tales como parlamentarismo o presidencialismo, y la existencia o no de una constitución escrita. Tampoco dice nada respecto del grado en que los gobiernos son efectivos y/o responsables [accountable] frente a los ciudadanos.  La definición de poliarquía establece una línea divisoria entre los casos en los que existen elecciones limpias, competitivas y regulares, así como libertades contextuales, de los casos en las que todas o algunas de esas condiciones no se cumplen. Además permite variaciones entre los casos por él delimitados.

Instituciones

Los casos latinoamericanos que clasifica como poliarquías cumplen con la condición de que las elecciones están institucionalizadas.
Por institución entiende un patrón regularizado de interacción que es conocido, practicado y aceptado por actores que tienen la expectativa de seguir interactuando bajo las reglas sancionadas y sostenidas por ese patrón.
En todas las poliarquías, las elecciones están institucionalizadas, tanto en sí mismas como en la razonable efectividad de las condiciones contextuales de libertad de prensa, acceso a la información alternativa y libertad de asociación. Esta es la dimensión intemporal. Cuando las elecciones están institucionalizadas, no sólo se celebran elecciones limpias y competitivas sino también existe la expectativa generalizada que nuevas rondas de elecciones limpias y competitivas tendrán lugar en un futuro indefinido. Que los votantes no sufrirán coerción física y que sus votos serán contados limpiamente. También se da por descontado que sus ganadores asumirán sus cargos y que sus mandatos no serán interrumpidos arbitrariamente. Para que este proceso exista, debe haber, además, libertad de opinión y asociación y medios libres de censura.

Consolidación democrática e institucionalización plena

Considera equívoco pensar que ciertas poliarquías no están institucionalizadas porque algunas de sus instituciones no son o no funcionan como las de las viejas poliarquías.
Una vez que las elecciones están institucionalizadas, se puede decir que la poliarquía está consolidada: si existe la expectativa de elecciones limpias, competitivas y regulares se mantendrán en un futuro indefinido y si esta expectativa es compartida por la mayoría de los actores políticos y la opinión pública. Estos rasgos, junto con la condición de que no existan poderes de veto sobre las autoridades electas, constituyen la influyente definición de “consolidación democrática” de Linz: situación en la que ninguno de los actores políticos más importantes, partidos o intereses organizados, fuerzas o instituciones, considera que existe alternativa al proceso democrático para llegar al poder y que ninguna institución política tiene la prerrogativa de vetar la acción de los gobernantes democráticamente electos. Sin embargo, considera que no hay teoría que nos diga por qué y cómo las nuevas poliarquías que institucionalizaron las elecciones van a completar su complejo institucional o llegar a consolidarse. Todo lo que se puede decir es que mientras las elecciones estén institucionalizadas, las poliarquías probablemente subsistirán.

Reglas formales e informales

El complejo institucional en el que se materializa la poliarquía es un conjunto de reglas e instituciones, muchas de ellas organizaciones complejas, explícitamente formalizadas en constituciones y legislación auxiliar. Éstas guían como el individuo se comporta dentro y en interacción con las instituciones.
En muchas nuevas poliarquías, la institución de las elecciones funciona como lo dice la regla, pero otras instituciones no funcionan de la misma manera. Cuando la adecuación del comportamiento y las expectativas de comportamiento se acercan a las reglas formales, se puede decir que todas o la mayoría de las instituciones y reglas formales de la poliarquía han alcanzado plena institucionalización. Cuando la adecuación es escasa o nula, hay que realizar una doble tarea de descripción de comportamiento real y especificar reglas que a menudo son informales, que ese comportamiento y expectativa efectivamente siguen.

Particularismo y poliarquía

Las instituciones informales, en ocasiones encubiertas, tienen enorme influencia en muchas nuevas poliarquías, tales como el clientelismo y el particularismo, diversos tipos de relaciones no universalistas que se consideran corruptas.
El particularismo es antagónico con uno de los principales aspectos del complejo institucional de la poliarquía: la distinción entre la esfera pública y la privada. La efectividad de esta distinción es un aspecto importante de la institucionalización formal de la poliarquía. Se supone que los individuos que asumen roles en las instituciones políticas no están dominados por motivos particularistas sino por concepciones orientadas al bien público. En el particularismo esta noción es raramente respetada.

Algunos correlatos y afinidades electivas

En países donde la brecha entre el país legal y el real es parte de su historia, la alta visibilidad de esa brecha entre las reglas formales y comportamiento, puede no amenazar la supervivencia de la poliarquía. Las instituciones pueden ser resistentes y duraderas, especialmente si tienen profundas raíces históricas.
El que algunas poliarquías sean informalmente institucionalizadas tiene varias consecuencias importantes. Una de ellas está relacionada con el desdibujamiento de los límites entre las esferas pública y privada: la accountability, un aspecto crucial de las poliarquías formalmente institucionalizadas, se ve obstruida. La institucionalización de las elecciones significa que existe accountability electoral retrospectiva. Además, una prensa razonablemente libre y varios segmentos activos de la sociedad se encargan de que algunos actos de gobierno escandalosamente ilícitos sean denunciados. Estos aspectos de la poliarquía, aun cuando no esté formalmente institucionalizada, supone una enorme diferencia con cualquier tipo de régimen autoritario. Pero de lo que se carece es de la accountability horizontal, los controles que algunas agencias estatales se supone que ejercen sobre otras agencias estatales. Las poliarquías cuentan con varias d estas agencias investidas de autoridad legalmente definida para supervisar y eventualmente sancionar acciones ilegales emprendidas por otros agentes estatales.
Las instituciones formales tienen límites legalmente establecidos y bien definidos, que circunscriben el adecuado ejercicio de su autoridad y que existen agencias estatales encargada de controlar y corregir las violaciones de estos límites por parte de cualquier funcionario o agencia. Estos límites están estrechamente relacionados con la frontera privado/pública, puesto que quienes desempeñan roles en la esfera pública están obligados a seguir reglas universales y públicamente orientadas, no sus intereses particulares. La efectividad de esas reglas depende de agencias estatales que controle aquello.
Es muy poca la accountability horizontal en la mayoría de las nuevas poliarquías, más aún, el ejecutivo se esfuerza por erosionar la accountability horizontal que existe. La combinación de elecciones institucionalizadas, particularismo con institución política dominante y gran brecha entre las reglas formales y el comportamiento tiene fuerte afinidad con concepciones y prácticas delegativas y no representativas de la autoridad política.
Particularismo generalizado, gobierno delegativo, débil accountability horizontal y la    consiguiente baja transparencia de los procesos de representación y elaboración de políticas tienen, dos consecuencias negativas: una es que la falta generalizada de controles protege y realimenta viejas prácticas autoritarias. La otra es que se introducen fuertes sesgos, en términos de influencia sobre la elaboración e implementación de políticas, en favor de intereses particulares.
Mientras que las poliarquías formalmente institucionalizadas exhiben distintas combinaciones de democracia, liberalismo y republicanismo, las poliarquías informalmente institucionalizadas son democráticas cuando incorporan el componente plebiscitario del gobierno delegativo, fuertemente mayoritarias. Pero sus componente liberal (distinción entre lo público y lo privado) y republicano (virtud de servicio de los funcionarios) son débiles.

27/09
O’Donnell: Accountability Horizontal

Centra la atención en las poliarquías que exhiben una accountability horizontal débil o intermitente. Esto abarca  a casi todos los países latinoamericanos, y algunas otras poliarquías nuevas como Filipinas, Corea del Sur y Taiwán y algunas de los países post-comunistas.
Por definición, en estos países está vigente la dimensión electoral de la accountability vertical. Elecciones, demandas sociales que se pueden articular sin padecer coerción estatal y medios que por lo menos cubren  con regularidad  las más visibles de estas demandas y los actos presuntamente ilícitos de las autoridades públicas, son dimensiones de lo que denomina accountability vertical. Son iniciativas que se llevan a cabo de forma individual o por medio de algún tipo de acción organizada y/o colectiva.
La principal faceta de la accountability vertical, las elecciones, se realizan sólo de vez en cuando. La existencia de accountability vertical implica que estas poliarquías son democráticas: los ciudadanos pueden ejercer su derecho a participar en la elección de quien los gobernará por cierto período y pueden organizarse para expresar libremente sus opiniones y demandas. Pero la debilidad de la accountability horizontal implica que los componentes liberal y republicano de muchas de estas poliarquías son la compleja síntesis de tres corrientes históricas o tradicionales: democracia, liberalismo y republicanismo. Estas corrientes han convergido en las instituciones y en cierta medida en la práctica de las poliarquías modernas. También creo que esta convergencia es parcialmente contradictoria, en el sentido de que alguno de los principios básicos de cada una de estas corrientes son inconsistentes con los principios básicos de otras. Esta inconsistencia imprime a las poliarquías, además de algunas de sus irritantes dificultades, sus características distintivamente dinámicas y abiertas.
El componente liberal expresa la idea de que existen ciertos derechos que ningún tipo de poder, especialmente el estatal, puede invadir. El componente republicano refiere a la idea de que el desempaño de funciones públicas es una actividad dignificante que exige cuidadosa sujeción a las leyes y entrega al bien público, por más que implique el sacrificio de los intereses privados. Tanto el componente liberal como el republicano plantea la distinción entre la esfera pública y la privada. La tradición democrática ignora estas distinciones, en los hechos pueden haber actividades privadas, y quienes participan en las decisiones colectivas no son una elite virtuosa, sino que llevan una activa vida privada, pero el demos tiene pleno derecho a decidir en todo asunto que considere apropiado.
Hay en estos tres, una importante convergencia. La democracia en sus impulsos igualadores, el liberalismo en su vocación de proteger las libertades individuales y el republicanismo en su severa concepción de las obligaciones de quienes gobiernan. Cada cual, a su modo, patrocina el estado de derecho, aspecto fundamental de la poliarquía.
Todo derecho que existe es derecho emitido y/o respaldado por el Estado a través del sistema legal. La otra cara de las del Estado son sus burocracias, sedes de cruciales recursos de poder que se deberían movilizar cuando entran en juego cuestiones de accountability horizontal.
Los estados exhiben grandes variaciones al o largo del tiempo y espacio, las variaciones en los tipos de capitalismo y de estado deberían tener importantes consecuencias en cuanto al tipo de poliarquía de cada país y sus pautas de cambio probables.
Las poliarquías son combinaciones complejas e inestables de los cuatro elementos (los tres elementos y el estado). Muchas luchas políticas se podrían leer como confrontaciones de argumentos acerca de la combinación más conveniente entre esos elementos para cierto país en un momento dado. La difusión, primero desde Gran Bretaña y luego desde los EEUU y Francia, ha sido un factor cardinal en la conformación de las poliarquías que emergieron con posterioridad, fuera de esos países de origen, la poliarquía nunca ha sido un producto autóctono.
Aunque la rotación y el azar son los procedimientos más auténticamente democráticos, las elecciones llegaron a identificarse con la democracia, tanto en la teoría como en lo que hoy es el sentido común. De esta manera queda empañado el papel no menos constitutivo que el liberalismo y el republicanismo desempeñan o al menos desempeñaron en la concepción histórica de la poliarquía. Esto plantea problemas importantes cuando se analiza la accountability horizontal.
Define accountability horizontal: la existencia de agencias estatales que tienen la autoridad legal y están fácticamente dispuestas y capacitadas para emprender acciones, que van desde el control rutinario hasta sanciones legales, en relación con actos u omisiones de otros agentes o agencias del estado que pueden, en principio o presuntamente, ser calificadas como ilícitos.  Tales acciones pueden afectar las tres esferas principales, la democracia se resiente cuando se cancelan las libertades de asociación o introducen fraude en las elecciones. La liberal se infringe cuando agentes estatales violan o permiten a privados violar libertades y garantías. La republicana se ve afectada cuando las acciones de los funcionarios públicos implican un desprecio de las exigencias que impone la tradición republicana.
Un tema central es el de las fronteras o límites, por un lado de la separación entre la esfera pública y privada, y por otro, de agencias estatales autorizadas y dispuestas a supervisar, controlar, rectificar y/o sancionar actos ilícitos de otras agencias del estado. Estas agencias autorizadas deben tener autonomía suficiente respecto de las agencias que controla. Este es el viejo tema de la división de poderes y de los pesos y contrapesos entre ellos. Incluye las instituciones clásicas del ejecutivo, legislativo y judicial, pero en las poliarquías contemporáneas también abarca a diversas agencias de supervisión, contralorías, fiscalías, etc. La accountability horizontal efectiva no es producto de agencias aisladas, sino de redes de agencias que incluyen en su cima, un poder judicial comprometido con esa accountability.
La idea básica es la prevención y sanción de las acciones a que los funcionarios son propensos, es decir, a sus extra-limitaciones, las transgresiones de los límites de su autoridad formalmente definida. Para que sean autónomas, estas agencias deben tener fronteras bien delimitadas, reconocidas y respetadas por los actores relevantes, y los actores jurídicos deben poder protegerlas.
Un problema adicional resulta de la tendencia monística de la democracia. Plebiscitarismo, cesarismo y otros términos afines tienen profundas raíces históricas en muchos países. La democracia se trataría de la elección, pro medio de elecciones razonablemente competitivas, de la persona que habrá de gobernar al país por cierto período, gobernar es lo que hace el ejecutivo, quienquiera que sea electo posee el derecho y deber de velar por el bien del país tal como él y sus colaboradores directos creen conveniente. La existencia de poderes suficientemente autónomos con respecto al ejecutivo, especialmente cuando o si se supone que éstos deben ejercer controles sobre aquél, parece un estorbo vano. En el corto plazo, el sentido común del ejecutivo delegativo ansioso por ejercer las amplias responsabilidades que siente le han encomendado de forma exclusiva, es ignorar aquellas agencias y, en el mediano plazo, esforzarse por eliminarlas, cooptarlas o neutralizarlas. Mientras más éxito tenga en anular aquellas agencias, mayor es su libertad para tomar decisiones. Esto no quiere decir que el ejecutivo sea omnipotente, ya que se topa con límites, incluso entre sus aliados políticos, así como del gran tamaño del país y/o su federalismo, que propicia la existencia de poderes locales.
Existen dos direcciones fundamentales en las que la accountability horizontal puede resultar violada, una ocurre cuando una agencia estatal invade ilegalmente la autoridad de otra (Transgresión), y la segunda cuando los funcionarios públicos obtienen para sí mismos las viejas ventajas ilícitas (Corrupción).
El principio democrático exige un alto grado de transparencia en la elaboración de decisiones colectivas, si bien parecería no interponer obstáculos a la transgresión, fomenta atención sobre los actos de corrupción, en las nuevas democracias, lo que predomina la corriente democrática provocando menor tolerancia a los actos corruptos, y relativa indiferencia a la transgresión.
O’Donnell sospecha que en el largo plazo la transgresión es más peligrosa que la corrupción para la supervivencia de la poliarquía, su sistematicidad liquida a la poliarquía, mientras que la generalización de la corrupción la deteriora pero no la elimina. Además ejerce un obstáculo más fuerte que la difusión corrupción a la emergencia de agencias estatales relativamente autónomas.
Sin embargo, la corrupción representa una preocupación importante en los países con nuevas poliarquías. Por corrupción entiende la malversación de fondos públicos o la aceptación de coimas.
Para reforzar la accountability sugiere:
*        Asignar a los partidos de oposición que han alcanzado un nivel razonable de apoyo electoral un papel importante, si no el principal en la dirección de las agencias encargadas de investigar presuntos casos de transgresión y/o corrupción.
*        Las agencias que desempeñan un papel esencialmente preventivo, como las agencias que desempeñan un papel esencialmente preventivo, como las contralorías o auditorias políticas, sean altamente profesionales, cuenten con recursos suficientes y sean independientes del ejecutivo
*        Contar con un poder judicial altamente profesionalizado, bien provisto de un presupuesto, lo más independiente del ejecutivo y legislativo.
*        Acción activa y persistente de los actores domésticos, los medios periodísticos y varias organizaciones sociales de accountability vertical.

Una adecuada comprensión de las poliarquías actualmente existentes requiere tener en cuenta ciertas tradiciones que se han difundido en diversos grados y de múltiples formas, se han materializado en reglas formales (las constituciones en primer lugar) y a las cuales la mayor parte de los líderes políticos contemporáneos encuentra conveniente rendir tributo.
Otro factor importante son los individuos, especialmente los líderes políticos e institucionales. Incluso en países con una larga tradición de corrupción generalizada y transgresiones recurrentes, el buen ejemplo de individuos importantes que actúan siguiendo las reglas liberales y republicanas, y nos persuaden de ello, pueden generar un quizá difuso pero valioso apoyo dentro de la opinión pública.
Los incentivos de muchos individuos en posiciones de poder para mantener prácticas poco liberales y republicanas son extremadamente fuertes, y el comportamiento democrático predominante hace poco para mejorar esta situación. En cambio, excepto en casos de actores altruistas, los incentivos para promover la accountability horizontal son débiles, especialmente si lograr un grado significativo de accountability horizontal requiere la coordinación de varias agencias no interconectadas.

4/10
Munsk
La Desagregación del Régimen Político: Problemas conceptuales en el estudio  de la democratización”

El autor comienza planteando que la falta de claridad en lo que respecta a conceptos claves en el análisis de régimen y la incertidumbre acerca del modo de evitar el estiramiento conceptual han “oscurecido las líneas en torno a las cuales han de ser realizadas las comparaciones”.  Es decir, la confusión acerca de los conceptos que van a servir para organizar comparaciones ha llevado a muchos autores a rechazar las comparaciones entre Este y el Sur debido a la equivocada idea de que el proceso de democratización en Europa Meridional y América Latina no es comparable. A fin de que el diálogo entre especialistas de estas regiones sea posible y se puedan reportar ganancias teóricas es necesario clarificar estos problemas conceptuales. El artículo intentará contribuir con la tarea de clarificación conceptual a partir de la reconstrucción del concepto de Régimen Político.

Régimen político como concepto bidimensional

El resultado de la recolección y organización de las definiciones es un concepto bidimensional que cuenta con una dimensión procedimental y otra conceptual.
La primera dimensión consta de una serie de reglas o procedimientos. Si bien existen pequeñas variaciones en lo referente a los  aspectos específicos que estas reglas estructuran, existe un consenso general. Parte de lo que define a un régimen político son las reglas de procedimiento que determinan:
(a)   La cantidad y tipo de actores a los que les está permitido acceder a las principales posiciones de gobierno.
(b)  Los métodos de acceso a esas posiciones.
(c)   Las reglas que se observan en la toma de decisiones públicamente vinculantes.

Las reglas procedimentales pueden ser formales o informales, y explícitas o implícitas. Este punto es importante ya que la inclusión de reglas informales en la definición de régimen político permite una conceptualización que no se limita al análisis formal –legal, sino que intenta prestar atención a prácticas reales.
Existe también un componente conductual del concepto de régimen político. Esta segunda dimensión se centra en la importancia de los actores en el sentido que las reglas de procedimiento estructuran y dan forma a la  conducta política sólo en la medida que los actores aceptan u obedecen estas reglas. La institucionalización dependerá de la aceptación estratégica o instrumental de una serie de reglas de procedimiento por todos los actores importantes y, aunque ciertamente no exige la aceptación normativa de esas reglas por todos los actores, requiere al menos que ningún actor relevante las rechace normativamente.


La desagregación del concepto de régimen político

El concepto bidimensional de régimen político implica el riesgo potencia de la mezcla de distintos fenómenos y la confusión teórica. Pero los analistas de régimen han escapado a esta dificultad por medio de la desagregación conceptual. Esta se ha realizado a través de la introducción de los conceptos secundarios de transición y consolidación que ayudan a aislar las dimensiones procedimentales y conductuales de los regímenes.
El concepto de transición, definido como “el intervalo entre un régimen político y otro”, durante el cual “las reglas del juego político no están definidas”, junto con el concepto de consolidación definido como el período que se abre cuando un conjunto de reglas ha sido definido y que se cierra cuando éste termina siendo operativo, introducen una distinción fundamental. Establecen una diferencia entre los procesos en los cuales la emergencia misma de las reglas está en juego y aquellos en los cuales éstas se dan por descontadas.
El concepto de transición esconde dos aspectos, ya que un proceso de transición invita a una forma diacrónica de análisis, centrada en la configuración que los actores dan a las nuevas reglas. El proceso de transición tiene un resultado que adquiere una existencia independiente.
En suma, el análisis de régimen consta de tres grandes áreas de indagación que se caracterizan por distintos temas de análisis: (a) la creación de las nuevas reglas por los actores, el aspecto central del proceso de transición, (b) las reglas mismas, el resultado central del proceso de transición, (c) la aceptación o el rechazo de las reglas que los actores definen durante la fase de transición, el   núcleo característico del proceso de consolidación.
Partiendo de este marco general que desagrega los elementos constitutivos de la definición de régimen político a un alto nivel de abstracción, los analistas de régimen han elaborado nuevos conceptos.

Métodos de Transición

El trabajo de Terry Karl va a aportar la contribución fundamental que permite la conceptualización de una variedad de modos de transición, más allá de los que habían estado en el centro de debate.
Kart subraya dos criterios que tienen sus raíces en la naturaleza misma del proceso de transición. Al reconocer que el proceso de transición es encabezado por actores, uno de los criterios resulta ser la identidad de los actores que conducen la transición, que van a ser distinguidos por su carácter de elite o de masa. El otro criterio, que parte del supuesto que los procesos de transición son momentos en que la carencia de reglas concede primacía a la interacción de los actores, es la estrategia de los actores, que puede distinguirse según este basada en el compromiso o la fuerza. Esta conceptualización de los modos de transición captura el carácter fluido de esta clase de procesos y sienta las bases para comparar casos empíricos, mostrando que modos de transición muy distintos están en realidad ubicados en el mismo espacio conceptual.

Tipos y subtipos de régimen

El siguiente paso lógico para continuar con el análisis de los modos de transición es el estudio de las reglas que emergen del proceso de transición.
Los investigadores han intentado reconocer la posible diversidad de reglas institucionales a través de complejos constructos tipológicos, que constituyen un rico objeto de conceptualización en el análisis de régimen. En un alto nivel de generalización, estas tipologías han esquematizado todos los regímenes posibles, empleando explicita o implícitamente los atributos que definen la dimensión procedimental de los regímenes como una matriz.

                  Atributos



Tipos de régimen
Cantidad y tipo de actores que pueden acceder al poder
Métodos de acceso al poder
Reglas para la elaboración de decisiones públicamente vinculantes
Democrático
Varios Actores. Líderes de múltiples partidos políticos
Elecciones competitivas regulares con participación popular
Sistema de frenos y contrapesos.
Autoritario
Pocos actores. Líderes de las elites militares y empresariales
Decisiones elaboradas dentro de las FF.AA
Arbitrariedad limitada.
Totalitario
Un actor. Líderes del partido único.
Decisiones elaboradas dentro del partido único.
Arbitrariedad ilimitada.

Una estrategia común en que fueron elaborados los subtipos consistió en la construcción por medio de un proceso de “especificación neutral”, esto es, mediante la adición de un nuevo atributo que especifica las formas particulares que asume un elemento que es parte del tipo de régimen, pero sin socavar la autenticidad del subtipo del cual deriva. Ese es el caso de la distinción entre la democracia presidencial y la parlamentaria, obtenida a partir de la introducción de un nuevo atributo que requiere la especificación de la forma en la cual se realiza la elección del ejecutivo. Otros subtipos han sido generados por procesos de hibridación, la adición de un atributo que introduce un elemento nuevo pero extraño al tipo de régimen básico y que pone en duda la autenticidad del subtipo del cual deriva. Por ejemplo en Chile, varios Senadores son designados en lugar de ser electos.

Grados de consolidación

La consolidación comienza con la instalación de nuevas reglas institucionales que ponen fin a una determinada transición y depende de que los actores acepten las reglas instaladas. Los analistas de régimen se han dedicado a la distinción de los casos en función del grado de consolidación de las reglas institucionales, es decir, a su aceptación por todos los actores políticos importantes.
Es posible ir más allá de estas evaluaciones generales formuladas en términos de grados de consolidación. Una vía posible sería intentar una mayor precisión evaluando la consolidación de acuerdo con la identidad y la fuerza de los actores de una sociedad nacional y el grado en que estos actores aceptan o rechazan estratégica y normativamente las reglas institucionales. Otra vía puede ser la incorporación de la noción de regímenes parciales de Schmitter, de modo de romper con el supuesto relativamente rígido, y no siempre preciso, según el cual el conjunto completo de reglas institucionales que constituyen un régimen es instituido en un único punto en el tiempo. En función del análisis de los procesos de consolidación, esto permitiría que el analista se centre en la caracterización del grado de consolidación de diferentes aspectos de un régimen, más que en la evaluación de la consolidación del régimen como un todo.

Los usos del campo semántico del análisis de régimen

El mapa conceptual ofrece a los estudiosos de los regímenes políticos claros criterios para discernir problemas analíticamente distintos. La distinción más general en este sentido se traza entre el estudio de las reglas institucionales mismas, que requiere una consideración sincrónica, y el proceso de transición y consolidación, que exige un modo diacrónico de análisis. Los analistas de régimen han incluso establecido diferencias entre los procesos en que las reglas del juego no están definidas y los procesos en que estas reglas se dan por descontadas. Esta distinción ha permitido que los especialistas reconozcan las diferentes dinámicas implicadas en los procesos de transición democrática por un lado y en los de consolidación por otro; así mismo, les ha permitido mostrar que los actores, estrategias y condiciones que facilitan la transición democrática no se superponen necesariamente con aquellos que hacen posible la consolidación democrática.
El mapa conceptual elaborado por los analistas de régimen tiene importantes implicaciones para el testeo de teorías, en la medida en que suministra a los investigadores las herramientas adecuadas para seleccionar casos sin caer en el estiramiento conceptual.
Para evitar el problema del estiramiento conceptual han organizado sus constructos tipológicos de  acuerdo con una disposición vertical, a lo largo de una escala de abstracción o generalidad (Sartori). Esta tarea se realiza con éxito ubicando los atributos necesarios y definitorios compartidos por todos los casos del tipo de régimen en la cima de la escala, e introduciendo los atributos centrales y contingentes como manera de descender por la escala de generalidad y generar subtipos de régimen que se ramifican hacia abajo. La virtud de esta organización vertical de conceptos, que ubica las distinciones cualitativas más generales posibles en la cima de la escala de generalidad para separar todos los casos en tipos de régimen, y que relega las distinciones cuantitativas a escalones más bajos de generalidad, es que facilita la selección de casos a la vez que acata el “dictum” de Sartori de subordinar la lógica de la gradación a la lógica de la clasificación. Una vez que los conceptos han sido organizados verticalmente a lo largo de la escala de generalidad, solo se necesita seguir una regla bastante simple para evitar el estiramiento conceptual: los casos deben ser seleccionados en primer término sobre la base de atributos necesarios y definitorios compartidos por todos los miembros de un conjunto particular, solo después de que la elección haya sido realizada, se comienza a seleccionar los casos sobre la base de atributos centrales contingentes adicionales.
En suma, el rico campo semántico que los analistas de régimen han elaborado ofrece a los investigadores un mapa conceptual particularmente apropiado para la construcción de teoría, en la medida en que provee claros criterios para distinguir problemas analíticamente distintos y para testear hipótesis.

Conceptualizaciones alternativas de “régimen político”

El primer modo alternativo de comprensión del concepto de régimen que merece atención, ha sido formulado por autores que conciben a los regímenes exclusivamente en términos de actores, o que afirman que las reglas institucionales son un “epifenómeno”, con lo cual se termina por considerar a un régimen como algo parecido a la coalición gobernante. Esto una forma de subestimar las reglas institucionales de la política (algo común en los sociólogos, dice el autor). Una forma menos extrema de subestimar las reglas institucionales está asociada a definiciones de régimen que, si bien introducen una distinción entre reglas y actores, suponen no obstante una correspondencia uno-a-uno entre estas dos dimensiones, y en general asumen que las reglas están basadas o expresan el más fundamental poder de los actores. El resultado entonces será el mismo: Se defina al régimen exclusivamente en términos de actores o se trate a las instituciones como epifenómenos, estas formulaciones del régimen político como “coalición gobernante” llevan al analista a ignorar la importancia específica de las instituciones y a conceder un excesivo peso a los actores y a la coalición gobernante en particular.
Existen diversos problemas vinculados con esta concepción reduccionista del régimen, dado que la importancia de las reglas en la estructuración de la política es pasada por alto, esta conceptualización tiende a ignorar la diversidad institucional que puede coexistir con un mismo conjunto de actores y que los analistas de régimen buscan identificar por medio de las tipologías de regímenes políticos. Más aún, careciendo de una definición de régimen que reconozca tanto la importancia de los actores como la de las reglas, esta conceptualización es también incapaz de percibir el juego recíproco entre actores y reglas institucionales. Como resultado de ello, las distinciones en términos de grado de consolidación de un régimen resultan inconcebibles, así como la noción misma de proceso de transición, en el cual los actores proponen una alternativa a las reglas existentes.
Una perspectiva que merece más atención es la que ofrecen algunos autores que no han dado una definición específica de régimen político, pero que han intentado contribuir por medio de la construcción de índices cuantitativos de democracia. Esta simplicidad resulta decepcionante ya que la mayoría de los índices conducen a confusión teórica y estiramiento conceptual. Puesto a que los actores son ignorados, no existe modo alguno en que los índices puedan captar los procesos de transición y consolidación, que solo tienen sentido a la luz del comportamiento de aquellos. Por ende, van a resultar incapaces de proveer una fundamentación conceptual adecuada para mejorar nuestra comprensión de las reglas institucionales.
La primera consecuencia es que estos índices de democracia simplemente carecen de una base conceptual a partir de la cual distinguir entre distintos tipos de régimen. Una segunda consecuencia es que los índices necesariamente fracasan a la hora de cumplir su principal promesa: ayudar a determinar el grado en que una organización política es democrática. Puesto que la correcta construcción de estos índices requiere en primer lugar que se logre establecer que una organización política es democrática y solo después que se determine en que grado lo es. Además, este procedimiento nos induce pensar que es posible analizar el grado de democracia de una organización política aún cuando no se trate de un régimen realmente democrático.
El problema de estiramiento conceptual que esto ocasiona ha llevado a reconocer la necesidad de introducir distinciones cualitativas.

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